El Néctar de los Pies del Señor

Conversaciones con Srî Nisargadatta Maharaj (Enero – Noviembre de 1980)

Advaita
No-dualidad
153 páginas
Origen: https://datelobueno.com/
Sri Nisargadatta Maharaj

Sri Nisargadatta Maharaj nació en Bombay en 1897. Sus padres, que le dieron el nombre de Maruti, tenían una pequeña granja en la aldea de Kandalgaon y fue allí donde pasó sus primeros años. En 1924 contrajo matrimonio, haciéndose más tarde comerciante de cigarrillos en Bombay donde él y su esposa formaron una familia. Desde la temprana infancia había mostrado un agudo interés en los asuntos espirituales, y sus conversaciones con hombres de santidad aguzaron su mente inquisitiva y encendieron en él un fuego espiritual. A la edad de 34 años encontró a su Gurú y tres años más tarde se realizó a sí mismo, tomando el nombre de Nisargadatta. Continuó viviendo la vida de un comerciante indio ordinario pero sus enseñanzas, que expuso en su obra maestra I Am That y que están arraigadas en la antigua tradición upanishádica, constituyen una significativa ruptura filosófica con el pensamiento contemporáneo. Hasta su muerte en 1981, devotos de todo el mundo han viajado para oír el mensaje único de Sri Nisargadatta Maharaj.

Si se obtiene y saborea el néctar de los pies del Señor, el charam-amrita, la mente puede ser conquistada. Esto significa que la mente ya no tendrá ningún poder sobre nosotros; su dominio, impuesto sobre nosotros desde la infancia, ya no nos oprimirá...

¿Pero cómo puede alcanzarse un tal estado? Sólo si uno acepta totalmente el conocimiento «yo soy» como uno mismo, con plena convicción y fe, y cree firmemente en el dicho yo soy eso por lo que sé que «yo soy». Este conocimiento «yo soy» es el charamamrita . ¿Por qué se le llama amrita —el néctar—? Porque... al beber el néctar, uno deviene inmortal. Así, un verdadero devoto, morando en el conocimiento «yo soy», transciende la experiencia de la muerte y alcanza la inmortalidad.

Exponer y propagar conceptos es simple. Pero abandonar todos los conceptos es difícil y raro.

Sri Nisargadatta Maharaj

PRÓLOGO

Siempre que llegan discursos «nuevos» de un sabio auténtico, se tornan en las manos de los entusiastas en una «senda», una «vía», un «método», una «disciplina» más -brevemente, en el ultimísimo medio de liberación de sí mismo. No hay que sorprenderse de que tanto gurús como yogas estén sujetos a altibajos; vienen y van.

Lo que distingue a Sri Nisargadatta Maharaj es que «su» vía, el âtma-yoga, no se ofrece como la mejor vía entre otras vías. Más bien, nos recuerda la esencia del yoga mismo. Esto requiere la más absoluta pausa, no sea que intentemos ir más allá cuando todavía no hemos comenzado. Lo mismo que la esencia de una cosa no es la cosa manifiesta misma (por ejemplo, la esencia del yoga no es su práctica manifiesta), así, análogamente, Maharaj no habría acogido bien que se le considerara como un ser distinguido entre otros seres. Esta postura choca con nuestro pensamiento ordinario. Sin embargo, si en lugar de echarse atrás ante esta aparente ininteligibilidad, aceptamos su invitación a indagar en el corazón de las cosas con nuestra mente, pero según «su» manera no-ordinaria, con el tiempo tendremos una disposición bien establecida para el âtma-yoga, el yoga esencial de la indagación de sí mismo. Y esto es lo que Maharaj nos pide vehementemente que hagamos.

La esencia del yoga es dejar que la Realidad se realice. Dejar que algo sea no es hacer o emprender algo. Yo no puedo comprender lo que Maharaj me pide que comprenda si comienzo generando nuevos conceptos, recordando los viejos o manipulándome a mí mismo o a los demás. ¿Qué queda entonces? Estas transcripciones son suficientes en sí mismas para aclarar completamente esta cuestión y su respuesta. Este prefacio no es un intento de parafrasearlas, sino de sugerir muy brevemente algunas perspectivas que podrían resultar útiles a la hora de estudiarlas.

La vida ordinaria vivida a la manera ordinaria se vive dentro de un conflicto de motivos. La visión y la práctica en la carrera personal de uno no se armonizan entre sí. El yoga auténtico permite que coincidan. Desde el punto de vista de la visión, Maharaj ofrece una definición del sí mismo que es a la vez filosóficamente profunda y espiritualmente exacta: «Yo soy eso por lo que yo sé que "yo soy"». Esto sitúa al sí mismo en la fuente más bien que en el estuario de los conceptos y del lenguaje, y darse cuenta de ello aporta silencio a la mente y libera de la incomprensión de sí mismo.

Desde el punto de vista de la práctica, ámbito general del yoga, el asunto es mucho más refractario al lenguaje. Esto se debe a que, como dice el sabio, «Usted acepta un concepto y se detiene en él. Así, su progreso espiritual se estanca en el nivel conceptual». Es precisamente esto lo que sabotea la meditación, a saber, aferrarse a un concepto. De ahí el consejo «... simplemente sea, no haga nada... No hay que hacer nada. Entonces todos sus enigmas se resolverán y se disolverán». Es la intuición supra-relacional del «yo soy» primordial lo que descubre la meditación auténtica.

Finalmente ¿«dónde» se realiza y se tiene esta intuición? En la frontera de la eseidad y no eseidad, precisamente donde el intelecto «se sumerge». Aquí, Maharaj nos introduce al campo del auténtico yoga y revela su genuina combatividad espiritual. Hagamos una pausa momentáneamente en esta frontera, aunque sólo sea conceptualmente. Por una parte el sabio dice «El mundo es experimental pero ―Usted‖, lo Absoluto, es no experimental». Por otra, «Esta experiencia ―usted es‖ ha venido como una fiebre. ¿Cómo y por qué ha venido esta fiebre?, para esto no hay ninguna explicación o razón».

Dada su enseñanza en conjunto, Maharaj no deja este fenómeno tan sumariamente. No puede hacerlo si quiere alegar de hecho una «frontera de la eseidad y la no eseidad» a la que llama maha-yoga (cf. Bhagavad Gîtâ 2:16). En esta frontera, intersección entre lo Absoluto y lo fenoménico, es «donde» se descubre la Realidad. Verdaderamente, en el sentido absoluto no hay ningún modo de saber por qué ha venido esta fiebre «usted es», como tampoco lo hay de saber por qué debe haber algo y no más bien nada. Pero no es verdadero relativamente, puesto que sin la posibilidad de la ilusión no hay ninguna condición para la iluminación. «La negativa a ver la serpiente en la soga es la condición necesaria para ver la soga» (es decir, la soga como soga). En esta afirmación, proveniente de I Am That, Maharaj clarifica el estatuto de la «frontera» y afirma en efecto el papel de la serpiente o de mâyâ (la ilusión) en el despertar de sí mismo. Cuán bellamente evita su enseñanza la presunción de un asalto directo a la Realidad, como si la Realidad fuera una experiencia, y cuán bellamente evita también la insensata identificación de sí mismo con los fenómenos.

Que uno mismo llegue a estabilizarse en esa «frontera» entraña coraje y perseverancia. El sabio declara en I Am That: «Yo no necesito convicciones, yo vivo de coraje. El coraje es mi esencia, que es amor de vida. Yo estoy libre de recuerdos y de previsiones, desinteresado de lo que soy y lo que no soy. Yo no soy adicto a las auto-descripciones, soham y brahmasmi («Yo soy Él», «Yo soy lo Supremo»); éstos no son de ninguna utilidad para mí, yo tengo el coraje de no ser nada y de ver el mundo como es: nada. ¡Suena simple, pero inténtelo!».

Estas conversaciones apuntan a esa profundidad luminosa que se encuentra detrás del pensamiento y del lenguaje, pero se requieren palabras para hacerlo. En consecuencia, con una gratitud innacida e inmortal damos gracias a Sri Nisargadatta Maharaj y a todos aquellos cuyo conocimiento y devoción especiales han hecho posible la transmisión de estas transcripciones para la continuidad de nuestra meditación.

Allan W. Anderson
Professor Emeritus Religions Studies Department San Diego State University
San Diego, California