Tienes en las manos un libro de aforismos escogidos entre los numerosos escritos del maestro y sabio contemporáneo Ramesh S. Balsekar. El problema inherente a la lectura de un libro como este puede compararse al hecho de comer una caja de bombones surtidos. Si se consumen rápidamente, cada delicioso bocado va perdiendo rápidamente su matiz individual y se diluye en una mezcla dulce y amorfa. Saciado, pero impelido a seguir comiendo, el desgraciado glotón se halla a sí mismo tragando a puñados los deliciosos bombones, sin ser capaz de apreciarlos.
La solución, por supuesto, es un artículo tan valioso como escaso, la moderación. Tomado de uno en uno y saboreado con una atención plena, cada pasaje revela su profundidad, su carácter y su sutileza. Por desgracia la moderación no es un rasgo que suela ir asociado a los buscadores de la Verdad; es por ello que presentamos esta recolección de aforismos de Ramesh en forma de meditaciones individuales de mañana y tarde.
Es importante recordar que estas reflexiones no son puzzles que deban ser resueltos, ni códigos cifrados que haya que descifrar, ni tampoco vitaminas que haya que tragar de golpe, sino que más bien están en la línea de un delicioso festín que uno debe retener con delicadeza en el corazón intuitivo para dejar que se funda lentamente.
A veces una gran Comprensión se revela en los momentos más sencillos.
Wayne Liquorman
El universo no ha sido causado sino que es espontáneo como una red de joyas, en la que cada una es solamente el reflejo de todas las demás, interactúando entre sí en una fantástica armonía que no tiene fin.
La Realización-personal no requiere ningún esfuerzo. Lo que tratas de alcanzar es lo que ya eres.
La iluminación es el vacío total de la mente. No puedes hacer nada para conseguirla. Cualquier cosa que hagas solo será un obstáculo.
Si dejas de conceptualizar inútilmente serás lo que eres y lo que siempre has sido.
En el plano fenoménico lo único que no es un concepto es ese conocimiento que tiene y ha tenido todo ser humano, todo ser sensible, en todo momento de la historia: Yo existo, Yo Soy, en este momento, aquí y ahora.
Ver de verdad no es solamente un cambio en la dirección de la mirada, sino un cambio en su mismo núcleo, en el que el mismo observador desaparece.
La única comprensión verdadera es que no existe nada, ni siquiera el que comprende.
Los conceptos solo sirven, en el mejor de los casos, para negarse unos a otros, como cuando se usa una espina para sacar otra. Una vez que se ha sacado la espina que estaba clavada, hay que deshacerse de las dos. Solamente en el silencio profundo dejamos atrás los conceptos. El lenguaje y las palabras tratan únicamente con conceptos y por eso no pueden acercarse a la Realidad.
Entre la Consciencia pura y la Consciencia tomada como conocimiento hay una diferencia que la mente no puede apreciar. El reflejo del sol en una gota de rocío no es el sol.
La manifestación puede adoptar innumerables formas, pero el sustrato de toda esa miríada de formas es la Consciencia, sin la que nada puede existir.
La fuente de la Consciencia es la Consciencia. Todo lo que hay es la Consciencia.
El universo funciona a su propio modo alegre, místico y mágico, hasta que comienzas a observarlo, y por el hecho de observarlo, creas problemas. El funcionamiento del universo no tiene problemas.